Los palomares se han convertido en entretenimiento de niños y jóvenes. De una u otra forma ha existido en nuestro país el hábito de criar palomas, pero de un tiempo para acá se ha proliferado, quizás porque no se encuentren otros entretenimientos o por los beneficios económicos que puede producir este hobby.
Se pueden ver las casitas, conocidas como palomares, sobre todo en azoteas, lugar donde al parecer es más factible para quienes las crían, pues desde ahí pueden divisar las aves cuando salen al vuelo para detectar hacia qué lugar se dirigen.
Los colombófilos, nombre que reciben los que se dedican a la cría de estas aves, tienen a veces sus problemas entre sí, debido a que en ocasiones algunos de ellos –de forma inescrupuloso e irrespetuosa de la actividad- utilizan palomos para robarle las hembras a otros criadores, o si alguna paloma cae en el patio de otro, pues no se la devuelven a su dueño, lo que es falto de ética.
En el municipio de San Antonio de los Baños, provincia de Artemisa, es considerable la cantidad de palomares que se pueden ver en la actualidad; además muchos de ellos no son pequeños, sino que se trata de grandes cajones con muchas palomas.
Entre los pobladores se ha levantado alguna preocupación, porque se han escuchado comentarios acerca del excremento de estas aves, planteando que transmite una especie de bacteria que puede ser perjudicial para la salud humana e incluso llegar a provocar consecuencias peligrosas.
Cabría resaltar que muchos de los que se dedican a la colombofilia no tienen las condiciones necesarias para desarrollar esta técnica de criar y adiestrar palomas. En nuestro pueblo existe un local donde se encuentra ubicada la Sociedad Colombófila Municipal, en la calle 62 entre 38 y 41, y que al parecer reúne a aquellos verdaderamente interesados en la cría de palomas.
Estas hermosas aves no es menos cierto que embellecen con su vuelo el paisaje, y son además el símbolo internacional de la paz, pero debería de haber un poco de preocupación estatal por la cantidad de lugares de crías que existen en las zonas urbanas.
Artemisa, 10 de diciembre de 2015.
