Martes , 27 Junio 2017

La nueva casa, la nueva escuela

nuevacescEn una de sus canciones -más representativas- el canta autor Silvio Rodríguez expresaba, con el entusiasmo fanático de sus primeras letras: “Esta es la nueva casa y la nueva escuela” con lo que pintaba en palabras un mundo de cosas promisorias donde todo habría de ser nuevo y hermoso, era una manera artística de traducir los lemas oficiales del gobierno: “Una vivienda digna para cada cubano y escuelas decorosas en el área rural”. Se trataba de una predica incesante del entusiasmo y los logros revolucionarios, que escogía las motivaciones más inmediatas de las masas como un hogar propio para cada cubano, una especie de buena nueva, que pronto tendría como contrapartida los sucesivos años de escaseces y desengaños.

Hoy ya no hay escuelas rurales en Cuba. Las últimas funcionaron hasta mediados de los años ochenta del pasado siglo, lo que hace que muchos niños deban viajar distancias considerables, teniendo en cuenta la innegable crisis del transporte. Estas escuelas rurales se caracterizaban porque abarcaban los grados de primero a quinto. Nunca se explicó oficialmente por qué desaparecieron. La nueva escuela que tanto cantó Silvio es hoy a lo sumo una vivienda repartida a pedazos.

De igual modo la nueva casa hoy se construye de múltiples formas, se conoce -y ejemplos sobran de personas a las que se les ha entregado la propiedad de una casa que antaño no era más que un contendedor de mercancías, a la cual los nuevos y entusiasmados dueños le improvisan puertas y ventanas.

Esto da una idea de lo precaria que ha llegado a ser la situación de la vivienda en tiempos “revolucionarios”, pues hasta construir una casa de madera se hace casi imposible debido a los precios de tablas, clavos, tejas o cartón de techo, por eso muchos cubanos echan mano a los materiales más inusuales como sucede en el oriente y el centro del país donde uno puede ver casas con techos de yerba de río y paredes con trozos de hojalata y barro; pero sin ir tan lejos, si algún viajero pasa por “El Valle” pequeña localidad perteneciente a San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa; verá casas hechas de cualquier cosa, entre ellas hay una que llama –de forma especial- la atención, en la que vive una pareja de ancianos. Las paredes de tablas muy raídas y protegiendo el pobrísimo techo unos enormes pedazos de nylon, seguro encontrados en el basurero.

Hoy la nueva escuela y la nueva casa, anunciadas con fanático entusiasmo por Silvio Rodríguez, han devenido en una especie de muestrario del deterioro en la Cuba totalitaria.

Artemisa, 8 de abril de 2015.


 

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