Martes , 27 Junio 2017

La censura estadística

Las autoridades cubanas -durante más de medio siglo- para manipular el análisis económico, el método fundamental que han utilizado ha sido ocultar o restringir las informaciones estadísticas que no le resultan favorables. Se puede tener una idea de las dificultades económicas que ha confrontado el país por las limitaciones presentadas por este instrumento revelador.

La más amplia información las brindaron los anuarios estadísticos de 1975 a 1989, cuando la llamada ayuda desinteresada -entiéndase subsidios- de la extinta Unión Soviética (URSS) y sus socios, permitió salir del estancamiento de los años precedentes, aunque a costa de una ineficiencia creciente, sobre todo en la agricultura y la industria azucarera.

Las limitaciones de esa época se pueden enjuiciar por algunas lagunas en los anuarios estadísticos, tales como: el alcance de la deuda externa, la balanza de pagos, los ingresos brutos y netos del turismo, el intercambio externo de servicios, las remesas familiares, los ingresos y egresos del presupuesto, el impuesto de circulación, la desocupación y las tasas de desempleo; entre otras. Aun así fue el período con más amplitud de datos.

Anterior a esos años, cuando el país se debatía por los errores cometidos, a causa de la supresión de las relaciones mercantiles, colectivización de los medios de producción, la centralización casi absoluta de las decisiones económicas y la implantación del racionamiento; que junto a los desajustes ocasionados por la ofensiva revolucionaria y la zafra del 70, produjeron una inflación extraordinaria. Las estadísticas no tenían nada agradable que mostrar y se redujeron a lo más elemental, y en lo fundamental, en términos físicos y con la ausencia absoluta de indicadores globales. Por supuesto que no se informaban los ingresos y gastos del presupuesto -porque no se elaboraban- tampoco la deuda externa, los ingresos del turismo, ni los impresentables consumos per cápita de macronutrientes.

Con la caída del muro de Berlín y la desaparición de la URSS llegó otra etapa negra para el país. Al dejar de estar apuntalado, se eliminaron los mercados campesinos, el trabajo por cuenta propia y nuevamente se redujeron las estadísticas y se volvieron casi inexistentes. El anuario estadístico suspendió su publicación a partir del año 1989.

Con las modificaciones económicas introducidas en 1993, para paliar la crisis se permitieron algunas actividades privadas, se abrieron los mercados agropecuarios, se introdujo el peso convertible (CUC), se crearon las empresas mixtas y las remesas familiares se convirtieron en uno de los motores del crecimiento.

Todo ello hizo más presentable el devenir económico y los anuarios estadísticos se ampliaron pero aún con ciertas limitaciones, como fueron:  la supresión del detalle de importaciones y exportaciones por productos y países seleccionados, la reducción de informaciones de la industria azucarera, la deuda externa, la balanza de pagos, las exportaciones de níquel; así como los detalles de la importación de combustibles, producciones azucareras y de productos niquelíferos; todo ello después de 2011. No se brindan los ingresos netos del turismo y continúa sin reportarse el consumo per cápita de kilocalorías y proteínas.

En conclusión, los anuarios estadísticos cubanos no son un instrumento de información, sino otro medio más de censura por parte del gobierno hacia la población, al no existir una estabilidad metodológica en ellos.

La Habana, 20 de abril de 2015.


 

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