Martes , 27 Junio 2017

La calle Obispo: “El Boulevard de los Mendigos”

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Gloria, una mendigo en el boulard de Obispo, La Habana.

La Habana Vieja es la zona más antigua de la capital cubana, declarada en 1982 por la Unesco “Patrimonio de la Humanidad”, su extensión aproximada es de unos  5 Km2; debido a la naturaleza cosmopolita de sus habitantes a través de la historia, ha sido el reflejo de una mezcla de estilos arquitectónicos y el testimonio de diferentes épocas: españoles, británicos, franceses y estadounidenses, en manos de estos últimos las viejas construcciones coloniales fueron demolidas para levantar otras imponentes con fachadas neoclásicas.

Durante la década de los 90 del siglo XX comienza el rescate de su ambiente histórico, impulsado por la oficina del “Historiador de la Ciudad”, Eusebio Leal, a quien le fueron dados amplios poderes económicos para realizar las transformaciones y mantenimientos que se habían dejado de hacer durante 40 años.

Es durante este nuevo período de restauración que resurge la calle Obispo como boulevard, por el que diariamente circulan miles de personas, tanto nacionales como extranjeros. El boulevard se extiende desde la esquina del famoso restaurante “El Floridita” hasta finalizar en el frente del “Hotel Santa Isabel”. Se puede decir sin temor a equivocarse que Obispo es una de las calles más importantes del Casco Histórico y reúne numerosos hoteles, boutiques, restaurantes, ferias artesanales y tiendas de divisas, entre oros comercios.

Toda esta maquinaria hace que la vía sea atractiva a los mendigos, personas por lo general de la tercera edad, desamparados, con algún tipo de discapacidad y hasta con retraso mental.

Los mendigos de Obispo son diariamente maltratados y obligados por efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) a abandonar el boulevard si se les ve pidiendo algún tipo de ayuda y si se niegan son conducidos a unidades de la policía, incluso, algunos obligados a pasar la noche arrestados por el simple hecho de querer sobrevivir. A las autoridades solo les preocupa que los extranjeros no vean la verdadera cara de la miseria de la Cuba de hoy.

Es por eso que en fechas marcadas por algún evento nacional o internacional los recogen en algunos lugares habilitados para ello. Ese ha sido el caso de los días en los que se ha desarrollado el Ejercicio Militar Bastión 2016. La orden fue clara, a los mendigos hay que esconderlos, sacarlos de los lugares públicos; que es lo mismo que decir que a nadie le interesan sus problemas y mucho menos resolverlos.

En estos días no se han visto por las aceras los que visten con trapos viejos, rotos y sucios que vencidos por el cansancio de tanto deambular se sientan y extienden su mano por un poco de ayuda, o cantan una canción con un par de maracas para llamar la atención de los turistas y recoger algún dinero que le permita comer ese día.

Una ínfima parte de lo que costó este ejercicio militar hubiera sido suficiente para dar techo y comida a todos los que en el Boulevard de Obispo piden limosnas.

Habana, noviembre de 2016.


 

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