Martes , 27 Junio 2017

La angustia de Ricardo

Ricardo Hernández  Herrera, con domicilio en Avenida 89 # 9207 entre 94 y 92, en el artemiseño municipio de Güira de Melena, se encuentra actualmente en total desamparo gubernamental.

Este hombre de 41 años de edad es enfermo de esquizofrenia desde que era un joven, y además presenta una hernia bastante pronunciada en el lado derecho del abdomen, producto de una operación que le realizaron en el año 2002, en el hospital Hermanos Ameijeiras.

“Ricky” como todos lo conocen desde la infancia, fue operado debido a un mal funcionamiento del hígado, por el Dr. Sabio. La hernia que le crece constantemente, es consecuencia de una negligencia médica  durante la cirugía. Ello le ha traído acompañado la dificultad de su desempeño físico motor, convirtiendo su vida en un calvario de sufrimientos y agonías, adicionadas a su problema psiquiátrico.

Este reportero se interesó por la difícil situación actual de “Ricky” y en conversación  con el hermano, del cual soy amigo personal, me manifestó que no recibía pensión ni atención alguna por parte del gobierno; aunque en estos momentos lo siguen tratando en el Hospital Hermanos Ameijeiras, una doctora nombrada Miriam de la Osa, la que considera que volverlo a operar es un riesgo para su vida.

De igual forma me explicó que solo su papa y él son los encargados de la manutención de toda la familia, que también la integra la mamá. En conocimiento de todo ello, fui a la casa de Ricardo Hernández.

La señora Rosario Herrera, su madre, fue la que me recibió. Me conmovió ver a alguien que conozco hace tantos años, con un alto nivel de alteración nerviosa; pero no obstante, ella accedió a contarnos sobre la situación que atraviesan ya hace algún tiempo.

Es evidente que en la casa todo el mundo está afectado psicológicamente, y Rosario nos comentó que ella y el papá de Ricardo son los encargados del cuidado de este hijo enfermo. El padre se nombra Silvio Hernández, y a pesar de su avanzada edad y ser jubilado, tiene que trabajar en el capo para poder llevar el sustento a la mesa de la familia.

El otro hijo trabaja en una fregadora de autos, y en estos momentos también presenta trastornos siquiátricos; por lo que ayuda en la medida que puede, entregando en la casa parte del dinero que gana para ayudar con los gastos.

Rosario explicó que reciben una modesta ayuda  de la Iglesia Católica del municipio, que para ellos es toda una bendición, porque los Trabajadores Sociales, que contactó para tratar de recibir por parte de la Seguridad Social una pensión, con el fin de aliviar la precaria situación por la que atraviesan, comenzaron a “pelotearla” (mandándola de un lugar a otro), por lo que ella decidió no hacer más ninguna gestión, también por su afectación nerviosas.

Quiere recalcar que son los hermanos de su Iglesia, los que le han ofrecido toda la ayuda que ha tenido, para enfrentar la enfermedad de su hijo y dijo de forma textual: …”de este gobierno nada he obtenido”.

Al  retirarme de la casa, fue inevitable remontarme en los recuerdos, a los años de mi adolescencia,  cuando los jóvenes del barrio nos juntábamos en una esquina a presumir sobre muchachas, ropas, etc. En esas reuniones de adolescentes siempre estaba presente “Ricky”, todo lleno de vida, robusto, con su risa contagiosa y alguna que otra broma por realizar a los que nos agrupábamos.

La vida es impredecible y llena de sorpresas,  en un abrir y cerrar de ojos se le cambió de forma total a este hombre, tocándole una dura existencia.

Ricardo desatendido por las instancias gubernamentales que deberían de protegerlo, por la llamada justicia social; padeciendo de Esquizofrenia, con una malformación en su abdomen, mal alimentado y delgado, solo tiene como apoyo la caridad de su parroquia. No pierde la esperanza que en algún momento las ineficientes instancias del  régimen le procuren la asistencia adecuada.

Artemisa 26 de mayo de 2015.

 


 

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