El municipio de Manzanillo -en la provincia de Granma- se caracteriza por tener una zona costera pantanosa y zanjas infectadas que conllevan al incremento de larvas de mosquitos, entre ellos el peligroso Aedes Aegypti; y que de no tomarse medidas eficientes y seguras llegarán a ser mosquitos adultos; que ocasionan zumbidos y picadas molestas; así como son transmisores de graves enfermedades entre ellas el dengue.
Existen lugares difíciles de transitar o de pernoctar por la existencia de enjambres de mosquitos, algunos de ellos con afluencia de público, como la terminal de ómnibus Rubén Cabreras y la terminal de ferrocarriles.
También los grandes salideros de agua en la localidad hacen que corra rauda y veloz provocando charcas cenagosas en zonas periféricas y en el centro del pueblo; con un riesgo permanente de altos niveles de infestación.
Muy reciente en el recinto de la Cruz Roja municipal, en la calle Loynaz No. 126 entre Martí y José Miguel Gómez, al supervisarlo, encontraron larvas de Aedes Aegyptis y a pesar de fumigarlo; así como las casas vecinas, no se pudo controlar un local sellado hasta cierta altura con ladrillos, para evitar que la población necesitada de vivienda lo ocupe; ya de ahí fue desalojada una humilde familia.
Aunque este espacio es de propiedad estatal, cuando los funcionarios de Higiene y Epidemiologia acudieron al jefe de dicha entidad para abrirlo y fumigarlo, planteó que no era posible, por no tener los recursos necesarios para cerrar el sitio de nuevo, manteniéndose por meras trabas burocráticas un reservorio de tan temidas larvas y un gran riesgo en el vecindario.
Otro peligro que se puede constatar en estos momentos es el aumento de las ratas a través de los desagües que penetran en las tiendas de víveres y pueden contaminar los alimentos allí existentes.
El panorama higiénico-epidemiológico de Manzanillo se tornará más crítico si no se toman medidas preventivas ágiles y definitorias para frenar estas graves irregularidades.
Manzanillo, enero de 2015.