El día 11 de junio fue un miércoles como otro cualquiera, fui arrestado tratando de entrar a la sede de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios y trasladado en un auto patrulla a la Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de Dragones; pero no se percataron que tenía en la cintura mi teléfono celular.
Allí se encontraban siete jóvenes detenidos en los calabozos de esta estación de la Habana Vieja, la mayoría exigía su libertad y otros un trato más humano por parte de los oficiales de la PNR.
Como no había agua en las tuberías de los calabozos, les entregaron un pomo plástico de un litro y medio de agua, para saciar la sed, pasándolo de uno a otro de los detenidos. Además debían dormir en los bancos de cemento, sin ninguna comodidad, sin saber cuántos días podían permanecer allí.
Con mi celular pude captar la escena.
La Habana, 21 de junio de 2014.