Perfecta colaboración y un futuro positivo. Así calificó las relaciones a nivel comercial, científico y cultural entre América Latina y la Unión Europea Edvard Kožušník, eurodiputado checo y miembro de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EUROLAT). En entrevista para Radio Praga también señaló a qué temas vinculados a países latinoamericanos se debe prestar mayor atención por parte de las instituciones europeas.
El eurodiputado checo Edvard Kožušník es un activo preconizador de los proyectos desarrollados por la Fundación EU-LAC (Unión Europea y los países de América Latina y el Caribe). La actividad de esta organización, fundada en 2011 y encabezada por la ex comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, se enfoca en el reforzamiento de la relación estratégica entre la región europea y latinoamericana, vinculando el proceso intergubernamental con los sectores empresariales, académicos y sociales.
Según indicó Kožušník, es importante fomentar el intercambio de comercio y conocimiento, siempre que la actividad sea recíproca. Asimismo, el eurodiputado destacó la importancia de la búsqueda de socios en un mundo global, señalando lo oportuno de una asociación entre los dos continentes, que tienen en común más de lo que parece.
“La ventaja entre Europa y América Latina es que tenemos los mismos orígenes, la misma base, los mismos valores, comparado con otras regiones. Hay una base para cooperar muy buena. Hay que cooperar, porque estamos en un mundo global y hay que competir con economías más fuertes como China, la India y otras”.
Un reciente paso hacia la mutua colaboración se realizó el año pasado al firmarse el Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea. Éste se basa en tres pilares: diálogo político, cooperación y una zona de libre comercio, que se irán implantando paulatinamente.
En cuanto a la República Checa, el eurodiputado señaló que existe una buena base para la mutua colaboración con los países latinoamericanos.
“Desde el punto de vista de la República Checa y de los países nuevos de la Unión Europea, es un territorio aún desconocido, y hay muchas cosas por hacer en la cuestión de la economía y de intercambio de estudiantes, por ejemplo. El futuro entre Europa, incluida la República Checa, y la América Latina lo veo muy positivamente”.
Kožušník también mencionó la importancia de algunos temas que deberían recibir más atención por parte de instituciones europeas, ya que actualmente no están encima de la mesa.
“Es una lástima. Porque creo que hay temas que hay que tratar, el tema sobre todo de derechos humanos, los temas que está promoviendo Europa en el mundo y algunos países, como Venezuela y Cuba, no reconocen los valores que reconocemos aquí en Europa, sobre todo en los derechos humanos. Yo personalmente estoy ayudando a la disidencia cubana y a los partidos políticos democráticos en Venezuela para que puedan cambiar un poco la situación. Estoy presionando a la misma Comisión Europea para que trabaje más en esta materia”.
En cuanto al apoyo a la disidencia cubana, Kožušník participa activamente en la lucha por el cambio del régimen en la isla organizando encuentros con miembros de la oposición. También fue el iniciador de la propuesta para otorgar en 2010 el Premio Sájarov por la defensa de los derechos humanos al disidente cubano Guillermo Fariñas.
De hecho, Kožušník destaca la buena disposición de la República Checa respecto a la defensa de los derechos humanos.
“La República Checa ha tenido una experiencia con el régimen totalitario. La gente lo vivía y aún se acuerda del régimen totalitario, comunista, hace más de 20 años. Creo que por sus sentimientos, la gente está dispuesta a ayudar. Eso se refleja también en la política. Obviamente hay unas voces que dicen que no es importante, que lo importante es el empleo, el negocio con los países que no respetan los derechos humanos. Yo no adopto esta postura, creo que sí que tenemos que devolver lo que debemos, justamente como nos ayudaban los países occidentales en los tiempos del comunismo en la República Checa. Creo que la gente de mi país quiere ayudar a promover la democracia y derechos humanos donde no los haya”.
Edvard Kožušník desempeña el cargo de eurodiputado desde 2009 como representante del Partído Cívico Democrático. Asimismo forma parte del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (GCRE) y de la delegación del Parlamento Europeo para América Central.