El pasado 26 de octubre un joven de nombre Yazmani, vecino de la calle Seguí en Guanabacoa, recibió un tiro en la pierna izquierda, que le penetró y después salió, él estuvo en esas condiciones en mi casa, y le di los primeros auxilios, posteriormente se dirigió en un auto al Hospital la “Benéfica”, en 10 de Octubre.
El 12 de noviembre -al cabo de 17 días- a las 5 de la madrugada se presentaron en mi vivienda: un comando de 100 y Aldabó, el Departamento Técnico de Investigaciones, y la Seguridad del Estado, sin ningún documento oficial; y me exigieron que abriera la puerta, porque me la iban a romper y al franquearles la entrada, lo hicieron bruscamente, preguntando por mi hijo nombrado Juliet Martínez Castro. Él se levantó y salió del cuarto y le dijeron que le daban 3 minutos para que se pusiera la ropa.
Lo sacaron esposado con las manos atrás y lo subieron en un vehículo tipo panel perteneciente a 100 y Aldabó. Al interesarme por el lugar dónde lo conducían, me dijeron que lo iban a llevar para la Unidad de Policía de Guanabacoa, sin embargo fue conducido para Alamar.
En todo momento hubo maltrato verbal, por parte de las autoridades que se presentaron en mi vivienda, me espetaron que fuera donde me diera la gana.
Tengo una hija recién parida a la que asustaron mucho, pues entraron con armas largas, como si fuera una película policíaca. Se subieron a la azotea y rodearon la casa. Todo ello pues dijeron que mi hijo tenía hecha una denuncia que poseía un arma de fuego, pero en mi casa no encontraron nada.
El padre de mi hijo fue a Atención a la Ciudadanía en la Plaza de la Revolución a quejarse, por el maltrato, la detención arbitraria y el hecho de quienes están disparando armas de fuego están sueltos en la calle.
La Habana, 19 de noviembre de 2013.