La costumbre de sacar a la calle el santo patrón de cada pueblo, ha sido una de las tradiciones populares que en muchos lugares se ha borrado de la memoria colectiva. Año tras año en casi todos los municipios o localidades se tuvo siempre la costumbre de sacar en procesión al santo patrón, como una especie de homenaje, tradición que aunque está muy ligada a la religión católica, se ha practicado en otras muchas religiones y que su existencia se remonta a la más lejana antigüedad y son ejemplos bíblicos: la vuelta de Josué alrededor de las murallas de Jericó o la danza de David delante del Arca de la Alianza.
Este año ha llamado la atención la celebración que hicieran los pobladores del municipio de San José de las Lajas, perteneciente a la provincia de Mayabeque, del día de San José, el carpintero esposo de María. Y es que no fueron pocos los habitantes de esta localidad que salieron a la calle para acompañar la imagen y que lo hicieron con mucho entusiasmo.
Sería muy beneficioso para la sociedad en general que esta vieja tradición y otras que se han dejado de ver por la desidia de la población -obstinada por tantas carencias y sacrificios- sean recuperadas.
Y es que estas celebraciones no pueden ser causa del azar, sino deben convertirse en una muestra espontánea del amor de los vecinos por su terruño lo que contribuiría a la reparación del tejido social, a través de la unidad del pueblo.
Se pudo constatar, en el caso específico de la procesión antes mencionada que llevaban la bandera cubana, lo que significa el orgullo de formar parte de la nación, que aunque dividida entre los que vivimos en la isla y el exilio, necesita conservar su identidad.
Estaban también presentes los niños que caminaron junto a la imagen y al pueblo del que forman parte; algunos de ellos vestidos con albas.
El respeto y cuidado con el que los pobladores llevaban la imagen de San José, debería repetirse en cada uno de los actos -aunque no sean religiosos- que estén vinculados con actividades locales en cada población. No hay dudas que la sociedad cubana necesita recuperar estas tradiciones para a la vez volver a alcanzar los niveles que tenía de moral y cívica.
Artemisa, abril de 2016.