Mi esposo Osvaldo Rodríguez Acosta, está privado de la alimentación desde el día 13 de noviembre, ya que no le permiten ir al comedor de la prisión porque no se quiere poner el uniforme de preso.
En estos momentos se encuentra en celda de castigo, sin tomar ni agua, porque según refiere los guardias orinan el agua que le dan de beber.
Osvaldo se queja de fuertes dolores de estómago y mareos por su estado de inanición, basado en los métodos criminales a los que está sometido al ser privado de alimentación, no obstante no lo quieren trasladar a un hospital.
El mayor Quintana lo amenazó con desbaratarle los órganos y también le dijo que lo iba a conocer bien cuando me revocara a mí la sanción que cumplo de trabajo correccional sin internamiento y a nuestro hijo lo volviera a enviar para la prisión, ya que está en estos momentos trabajando en un campamento de menor rigor. Los tres somos de la misma causa.
Osvaldo está exigiendo que los cuatro militares que lo torturaron y el mayor Quintana, jefe del órgano interno, junto con el teniente coronel Junior, sean llevados a un tribunal militar. Así mismo hace responsable al régimen totalitario de cualquier cosa que pueda sucederle, explicando que lo que tienen es que darle la libertad inmediata y la de su familia, ya que ha quedado demostrado que somos todos inocentes.
Mayabeque, 25 de noviembre de 2014.
