Martes , 27 Junio 2017

El edificio basurero

La Habana Vieja es un sitio asediado por fotógrafos profesionales y aficionados, cada uno de ellos quiere atrapar en su lente la imagen de una ciudad que se deteriora y se esfuma ante los ojos impávidos de sus habitantes.

Una de las cosas que más llama la atención de quienes fotografían este sitio de la ciudad es el inocultable deterioro de las casas y los edificios. Algunos de estos inmuebles son sitios de peligro evidente para sus habitantes, pues a simple vista se puede observar que esos balcones donde se ven tendidas ropas y sábanas pueden ser -de un momento a otro- protagonistas de un ruidoso derrumbe.

Uno de esos edificios que presenta condiciones pésimas para ser habitado es el que se encuentra frente al Tribunal Provincial de Justicia de la Habana, a la vez frente al Capitolio y además comparte la misma manzana que el cine Payret, en la calle Prado.

Una parte de este edificio no está habitada, pero en el resto se pueden ver personas y sus pertenencias colgando de rústicas tendederas.

Debajo del edificio el régimen ha colocado unas vallas metálicas con viejas imágenes de la Habana adornándolas. Sin dudas una atracción para los turistas que retratan estas vallas hasta la fatiga. Lo que al parecer nadie retrata, pues se ha ocultado con algo de sutileza a la vista de todos -incluyendo a  los turistas- es el basurero que hay detrás de estas vallas, donde se mezclan los  deshechos que lanzan desde arriba sus habitantes y los que agregan los que por allí pasan en pleno día, de noche o de madrugada; pues en el espacio que hay entre estas vallas y la calle pulula una gran cantidad de excrementos y orines; aprovechado muchas veces como improvisado y urgente baño público, debido a la ausencia de estos en un área tan concurrida de la capital.

Ellas logran ocultar la mugre, pero no su olor que se esparce por esta zona, justo frente al Capitolio, imagen y símbolo de la vieja República.

Los cubanos conviven con la ruina y la falta de higiene. Los turistas retratan esas ruinas y se van contentos con esos testimonios pintorescos, los más visibles, de 55 años de socialismo.

La Habana, 18 de noviembre de 2014


 

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