Después de vivir durante 26 días entre la esperanza y la angustia por tener a su hijo menor ingresado en el Hospital Naval, debido a un grave accidente en una moto de su propiedad; tuvo que padecer -tras la muerte de éste- el suplicio de esperar que pasaran más de 12 horas para que fuera trasladado a Medicina Legal y después a la funeraria. En su desesperación se dirigió al Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba, y recibió como respuesta que no era problema de ellos. Sin resultado alguno fue también su visita al Departamento de Atención a la Población del Ministerio de Salud Pública.
A esa situación, que deja a cualquier persona sin tener hacia quien dirigirse, se agrega que cuando en el hospital reclamaba el traslado del cadáver, la capitana Jefa de Guardia. le hizo una burlona e irrespetuosa señal a otro jefe; tildándola de loca, lo que provocó la protesta de su otro hijo, que en esos momentos la acompañaba.
Simplemente hacer que respetaran a su madre, le trajo como consecuencia que los guardias lo atacaron a golpes, y acto seguido lo detuvieran y lo acusaran con posterioridad de atentado.
Estando preso en la Estación de Policía de Cojímar, tuvo que ser trasladado a un Policlínico por tener la presión arterial muy alta, por lo que hubo que ponerle suero.
Por su parte la capitana en cuestión, increpó a dos enfermeras para que le sirvieran de testigos, de forma tal que pudiera acusarlo de haberla golpeado.
Víctor Ignacio Medina Jústiz. es el nombre del fallecido, tenía 38 años de edad y el fatal accidente ocurrió el pasado 30 de agosto; pero se mantuvo con vida hasta el 26 de septiembre a las 6:10 am. Los inconvenientes comenzaron porque no lo trasladaron hacia Medicina Legal hasta las 5:40 pm; por lo que la doctora de guardia, en esta entidad, decidió hacerle la autopsia con urgencia, dado el tiempo que llevaba muerto. Llegó a la funeraria 12 horas después del deceso.
La madre, Georgina Jústiz Meléndez, con residencia en Estrada Palma No.466 entre Juan Delgado y D´Strampes, Reparto Santos Suárez, en el municipio Diez de Octubre de esta capital, completó casi un mes de pesadumbre, al que se añade una noche angustiosa en la funeraria de Santa Catalina velando el cadáver de uno de sus hijos: Víctor y el otro, Alexis preso y con la presión descompensada.
Las largas semanas que pasó con su hijo en el hospital fueron muy duras para Georgina, desde el primer momento Víctor fue llevado al salón de operaciones, entubado, con respiración artificial y hemorragia interna, una fractura muy grave en la cabeza y en el tallo cerebral; estaba en coma. Aunque salió bien de la operación, estuvo los 26 días entubado, con problemas renales y después de varias complicaciones más; a pesar de la esmerada atención de médicos intensivistas, neurocirujanos, cirujanos, nefrólogos y personal de enfermería, falleció.
Pero de forma lamentable, hay que decir que la buena atención del personal especializado, quedó empañada por la dejadez e irresponsabilidad de algunos funcionarios, la actuación inhumana de una capitana, la brutalidad policial y la práctica extendida en Cuba, de acusar de atentado a los que son agredidos por la policía, de forma que si van a la Fiscalía Militar a ejercer su derecho de denunciar a quien los golpeó, ya los oficiales tienen por adelantado una causa contraria.
Este caso solo muestra, como se vive de forma cotidiana en el país, y el sufrimiento por el que pasa el pueblo de Cuba, por no tener dónde quejarse, ni una entidad a la que acudir para resolver cualquier situación, incluyendo una igual que esta, vinculada al dolor de una madre que pierde sus dos hijos.
La Habana, 29 de octubre de 2015.