Ocho miembros de la oposición interna fueron invitados a desayunar el pasado viernes 23 de enero, con los dos jefes de delegaciones americanas que conversaron con el régimen cubano, los señores Roberta Jacobson y Edward Alex Lee.
Sólo asistieron siete disidentes, porque Berta Soler, de las Damas de Blanco, decidió no ir en protesta porque en la reunión del día 18 de enero con los senadores y representantes demócratas, que favorecen la política de Obama, se había invitado un número mayor de disidentes a favor, que los que están en contra.
El resto de los asistentes fueron: Antonio G-Rodiles, Guillermo (Coco) Fariñas, José Daniel Ferrer, Elizardo Sánchez, Héctor Maseda, Miriam Leyva y yo.
Las conversaciones transcurrieron en español, los dos lo hablan de forma fluida, Roberta había estado en Cuba en enero de 2011 y Alex fue el segundo jefe de la Sección de Intereses en La Habana, durante la época de James Cason.
Todos pudimos conversar, mientras disfrutábamos de un desayuno prohibido para los cubanos en el que estaban presentes: jugo, frutas, tortilla, jamón, pan, café, mantequilla y leche.
Cada cual expresó lo que estimó pertinente, pero de forma concisa, porque el tiempo estaba limitado a una hora y media, ya que después la Sub Secretaria de Estado tenía una conferencia de prensa, en el mismo lugar, la residencia del Jefe de la Oficina de Intereses.
Por mi parte transmití que aunque algunos disidentes dicen no estar conformes con las medidas tomadas por el presidente Obama, eso es letra muerta para la oposición; no así para las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos, que haciendo uso del poder conferido por la ley, es probable que al menos traten de frenar el proceso, a pesar de que se les pidiera por parte del Presidente en el Discurso de la Unión, que consideraran el levantamiento del embargo.
Si después del relajamiento, a algo en específico que esté ejecutándose se le diera marcha atrás, esto sería un problema con serias consecuencias para el pueblo cubano.
En la calle, algunas personas que no están bien informadas de lo que está sucediendo, tienen muchas esperanzas; pero por otra parte como solo se tiene como fuente de información la oficial, temen que se elimine la posibilidad de cruzar el mar; por lo que quizás haya un incremento de esta forma de salir de Cuba.
Los que son escépticos al respecto han corrido un chiste que plantea que Obama no va a hablar más por teléfono con Raúl Castro, porque le marcó con 99 (llamada a pagar por quien la recibe). Con lo que están transmitiendo que Cuba no tiene dinero para ejecutar negocios.
Y es que hay personas que se preguntan cómo es posible que los americanos hayan olvidado que el régimen les nacionalizó sus empresas y no les pagó, mientras que tanto el exilio como los opositores recordamos las muertes que ha tenido este pueblo; desde los fusilados sin juicio en los primeros años de la dictadura, los asesinatos de los niños del Remolcador 13 de Marzo, de los pilotos de Hermanos al Rescate, las oscuras muertes de Oswaldo Payá y Harold Cepero y la forma en que dejaron morir a Orlando Zapata Tamayo, entre otros.
Tampoco es muy fácil de olvidar la miseria social, económica y política que han vivido y viven 3 generaciones de cubanos.
Por otra parte está la preocupación de que lo primero que se supone se logró con los presos fue un fraude, porque salieron excarcelados y no en libertad; así como otro grupo había sido liberado por cumplimiento u otras modalidades, antes de ser anunciado el famoso número 53 e incluso una joven periodista que aparece en la lista fue sometida a juicio después de 7 meses de privación de libertad y la declararon inocente.
Esto no ha tenido ninguna explicación, ni la tuvo durante el desayuno, ni siquiera se sabe cómo obtuvieron la lista ni por qué no se contó con la sociedad civil.
Y es que este mal comienzo nos preocupa a todos, porque de nada sirve que digan que nos tienen en cuenta y que se reúnan con nosotros, si no se materializa en hechos concretos donde esté nuestra voz.
Tiene que haber algo más formal que estos encuentros, porque aunque estén bien informados de lo que pasa en Cuba, la oposición es la que tiene los ojos y los oídos en el pueblo.
En las conversaciones anteriores con personalidades de los Estados Unidos de América, como –vía internet- con el Sub Secretario de Estado para la Democracia y los Derechos Humanos y con los Senadores y Representantes que nos visitaron, les expliqué la existencia de numerosos componentes de la legislación actual que se oponen a la “buena” voluntad del presidente Obama, en particular la Constitución de la República.
Aunque se sabe que el régimen dirige el país de forma anticonstitucional y no respeta sus propias leyes, pueden usarlas para cuando tengan que dar alguna respuesta hacer referencia a lo que esté legislado. Es por eso que antes de anunciar cualquier nuevo paso, se deber tener en cuenta si es viable o no, según la Ley, porque de lo contrario se quedará solo como la intención de una de las partes.
Siempre recalco que la democracia en Cuba, es responsabilidad de la nación cubana, aunque la ayuda es bien recibida. Hay una generación adulta de cubanos, que no está comprometida con la gerontocracia y que aunque en estos momentos ve su futuro fuera de Cuba y en especial en Miami, la historia siempre ha demostrado que habrá una reacción de este estrato social; aunque hay que reconocer que la oposición interna no ha sido capaz de conducirla.
El camino técnico es largo para poner a funcionar las embajadas, el régimen tiene que escoger el personal cubano, que ubicará como trabajadores, para suplir las necesidades de los americanos y que los espiará, según lo establecido. Esta lentitud va de acuerdo con lo que acostumbra a decir Raúl Castro: “Los cambios son sin pausa, pero sin prisa”. Como ya la decisión está tomada, es importante para nuestro pueblo que no se acoja al gobierno americano a esta máxima y como la mayoría de los autos en el país del norte, no tienen clutch, puedan aplicar con mayor rapidez el acelerador.
Aunque el régimen necesita esta apertura, en el momento que se le cae la ayuda venezolana, no está preparado para ello y el cese del hostigamiento a la población cubana, de la cual es parte la oposición, no parece estar en los planes de los que mandan en el país.
Por ejemplo los desalojos a familias, que de forma muy rústica, han dado solución al problema de la vivienda; los presos por peligrosidad predelictiva, que van a la cárcel hasta con 4 años de privación de libertad, sin hacerles juicio y sin haber cometido delito alguno; deberían terminarse de forma inmediata; así como poner fin al presidio político que encierra por años a los disidentes, involucrándolos en transgresiones de la ley inventadas, como: desorden público, atentado, desacato, etc.
Al igual que dijo la señora Jacobson, no tengo ninguna fe en que el régimen cambie, porque de esta forma ha logrado mantenerse en el poder por 56 años, pero si al menos cesa el inmovilismo, la nación cubana va a poder respirar un poco de aire.
Nosotros hemos estado acostumbrados a la cultura del enfrentamiento, será muy difícil podernos adaptar a la cultura del entendimiento, sobre todo si va a estar en un solo lado de la balanza.
La Habana, 25 de enero de 2015.