En la puerta de entrada de la librería Castalia, ubicada en el municipio Boyeros, de esta capital, aparece escrito en letras blancas sobre un fondo carmelita, el horario de apertura y cierre de la misma. De lunes a viernes de 9 am a 5pm; los sábados de 10 am a 2 pm; pero el local permanece cerrado.
Está situada en la misma manzana que la Casa de la Cultura, pero parece casi oculta y es difícil imaginar que allí se venden libros, por lo demás las veces que me he decidido a ir al lugar para curiosear en los posibles títulos que allí se venden nunca la he encontrado abierta, siempre ha permanecido la puerta cerrada, unidas las dos hojas de madera que la componen por una cadena en la que resalta un candado herrumbroso. Una reja de hierro protege la puerta.
Les he preguntado a las personas que pasan por esa calle, un poco con ironía, si alguna vez han visto la librería Castalia abierta y casi todos dicen lo mismo “Muy de vez en cuando el hombre que trabaja ahí, saca algunos libros al portal y los sube encima de una mesa para venderlos”. Según las personas que por allí viven las escasas veces que el empleado del lugar abre, ni siquiera vende los libros dentro de la librería, sino que muestra unos escasos ejemplares y está en el portal algún tiempo y después los vuelve a entrar para irse.
Es por eso que decidirse a ir hasta allí a comprar un libro es perder el tiempo. Mucha gente del municipio se pregunta qué sentido tiene habilitar un local que se pasa una gran parte del horario de venta cerrado.
De todo ello resalta que las autoridades de Cultura de la localidad, no se preocupen de que el establecimiento se abra, al menos una o dos veces a la semana, para por lo menos mantener las apariencias.
Es una muestra del desinterés que reina en muchos locales que pertenecen al Estado, con respecto al trabajo que se ejerce, una de las cosas que influye en esto es según la opinión popular el bajo salario que no estimula a las personas.
Al parecer a las instituciones responsables del municipio Boyeros, les da lo mismo que la librería Castalia, casi siempre esté cerrada y que ya nadie se tome el trabajo de pasar por allí, pues es seguro de que perderán su tiempo.
La Habana, 16 de julio de 2015.