El trasporté urbano es algo muy importante para la sociedad, ya que por él se mueven las personas de un lugar para otro, en particular los trabajadores, que en la capital no laboran en el mismo municipio donde viven.
La falta de mantenimiento de la mayoría de estos equipos de uso colectivo como lo son los ómnibus, ha conllevado que algunos de ellos se encuentren deteriorados, hasta el punto que solamente sirvan para chatarra. Aun así, algunos de ellos andan circulando por la ciudad prestando servicio a riesgo de ocasionar accidentes o lesiones a los ciudadanos que los utilicen para trasladarse.
Hay varios criterios de lo que está pasando, en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón, se pudieron escuchar algunas supuestas causa, expresadas por ciudadanos de a pie como por ejemplo: la falta de piezas de repuesto para el reemplazo de las dañadas; el robo de piezas por parte de los mismos trabajadores y jefes que son vendidas a particulares u otras empresas; los dirigentes de las empresas vinculadas a este servicio, no toman conciencia del peligro que representa que circulen en mal estado, lo que implica que no hay una inspección en profundidad; pero hay quien coincide con el argumento Estatal, y refiere que las causas están vinculadas al mal uso que hace la población de los vehículos.
Pero las consecuencias están claras todo el que necesita subir a un ómnibus de pasajeros en mal estado, pone en peligro su vida.
Un ejemplo está en la Ruta 6, en particular el carro # 5808 que hace el recorrido desde el municipio de Regla hasta la Habana Vieja; cuando transita de noche es una verdadera cueva, su techo sin lámpara para alumbrar los pasajeros y varios de los asientos rotos, igual que casi todos, sin pintura.
Los choferes que manejan estos ómnibus han alegado que eso no es problema de ellos, porque son trabajadores y cumplen órdenes, que solo les importa la recaudación, que es de donde sale su salario, y atender el tránsito; lo demás es problema de la dirección de transporte.
También en el ómnibus # 723, de la Ruta P-7, que circula desde el municipio Cotorro hasta el Parque de la Fraternidad, a tan solo un metro del asiento del chofer, en el piso del transporte hay un hueco en el que cualquier pasajero distraído pudiera accidentarse seriamente.
Algunos de estos transportes hacen su recorrido con las puertas abiertas debido al deterioro del mecanismo de cierre de las mismas y a la falta de repuestos.
La Habana, 26 de febrero de 2015