Hoy hace 5 meses que se encuentra en la cárcel de Villa Marista, lugar donde le tienen desde el pasado 29 de noviembre de 2013, sin saber aún por qué le han trasladado a dicha prisión.
Al amparo de las Leyes cubanas y teniendo en cuenta el tiempo que lleva en prisión y por la conducta mantenida durante los años de encarcelamiento, la Dirección del Penal de Guanajay y desde 2012 el Combinado del Este, han aprobado y enviado al órgano superior de prisiones, sistemáticamente, las solicitudes de petición de cambio de régimen, mínima y libertad condicional pues siempre ha estado bajo régimen de máxima seguridad. Por imposible que parezca, es precisamente en el alto nivel del Gobierno cubano donde le niegan todos los derechos y beneficios.
Durante 16 años lo han mantenido en una cárcel aislado en el Área Especial de máxima seguridad de Guanajay. Fue el preso que más tiempo estuvo en dicha área.
De acuerdo a lo informado por la Dirección de Prisiones, tiene reconocido una rebaja de 986 días, lo que equivale a 2 años y 7 meses. El próximo mes de agosto de este año cumple 22 años de 25 años de sanción.
Su caso conculca los derechos humanos después de tantos años en prisión, sin que hasta el momento se le haya concedido ningún beneficio penal legal establecido, de acuerdo al amparo de la leyes cubanas, aun declarándose siempre INOCENTE.
En estos momentos el silencio y la pasividad se convierten en cómplices con la injusticia. Todos los presos que cumplen largas condenas en Cuba, no son ni delincuentes, ni asesinos, son personas de ideas, para algunos equivocados, para otros defienden criterios, posiciones políticas y no son mercenarios.
La Habana (Cuba), 23 de abril del 2014
Considero que hay factores, tanto de un lado como del otro, que se oponen o están obstaculizando de una forma u otra la posibilidad de un intercambio bilateral entre los tres cubanos que quedan del llamado caso de los cinco, por los presos que estamos en Cuba, también sancionados por el delito de espionaje, según noticias o comentarios divulgados por la prensa internacional.
Al parecer, el gobierno cubano ha tomado la decisión de buscar una salida al caso de los tres presos cubanos en Estados Unidos, según se desprende de la nota emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba sobre la huelga de hambre que inició a principios de este mes, el estadounidense Alan Gross, encarcelado acá, y publicada aquí el 10 de abril del presente año.
Está claro que es un tema que desata pasiones e intereses que van desde consideraciones estrechas de seguridad nacional hasta posiciones fundamentalistas o extremas de carácter ideológico, por lo que estimo que hay que crear un estado de opinión pública que favorezca este proceso, en el que estén involucrados la mayor cantidad posible de personas y organizaciones, independientemente de sus manifestaciones o posiciones políticas, dentro o fuera de la isla, donde incluyo también a la iglesia.
Soy del criterio que sin un estado de opinión favorable sería muy difícil avanzar en un asunto tan complejo y politizado. Los argumentos fundamentales para su materialización son en primer lugar: el tiempo transcurrido que supera los 15 años de cárcel para la mayoría de los involucrados, lo que le aporta una dimensión humanitaria. Además existe la relación directa de que todos estamos sancionados por el mismo delito a favor de una parte o de otra, independientemente de la justeza o no de la causa legal y de la magnitud de la sanción, a lo que se suma que algunos fuimos militares.
Mi opinión actual es que sería una solución decorosa para todas las partes siempre que se actúe de buena fe y con estricto respeto al honor y dignidad de los sancionados que ya han sufrido un largo y tormentoso presidio político, por lo que amerita una salida de alta política. Lo ideal y de mayor valor político, humano y cristiano, seria la inmediata liberación de todos sin condiciones previas y que cada cual decidiera por sí mismo su propio destino, con total libertad de acción, sin presión de ninguna índole.
Pero es obvio que esta idea se reduce en la realidad actual a solo un sueño hermoso o quimera, aunque creo que más que nunca están creadas las condiciones objetivas para un posible canje o intercambio. Solo falta congeniar el factor subjetivo. Lo que si sería lamentable y hasta una bajeza moral que se excluyera de una solución viable positiva algunos de los afectados que aún permanecemos en las cárceles cubanas, sobre todo entre los que llevan más tiempo en prisión, porque estos naturalmente han soportado un mayor castigo.
Yo sigo firme en mi profunda convicción de defender mi verdad, honor y dignidad, aún en las peores circunstancias, porque es lo que me exige y necesita mi conciencia con la que sigo estando en paz. Si puedo ser útil en este proceso bienvenido sea, pero cualquier propuesta o condición que considere indecorosa será inaceptable para mí, no puedo ir contra mi propia naturaleza.
Rolando Sarraff Trujillo
Número de preso: 1148649