Ante los acontecimientos de los últimos días, las Damas de Blanco “Laura Pollán” reconocemos el derecho del Santo Padre a manifestar su deseo de encontrarse con Fidel Castro, pese a su apretada agenda. De la misma manera, pensamos que los cubanos marginados, víctimas de la represión, debieran tener igualmente la posibilidad de reunirse con al máximo representante de la Iglesia, aunque sea un minuto, porque creemos en el precepto de una “Iglesia para todos”.
Ciudad de La Habana, 19 de marzo de 2012