La Habana, 23 de Julio.- El brote de cólera, que desde hace más de un año azota a Cuba, ha continuado extendiéndose por todo el país; y esta vez llegó hasta el reparto Ponce, del municipio habanero Arroyo Naranjo, donde unas 58 personas han sido hospitalizadas de urgencia en la última semana.
Aunque la prensa oficialista guarda absoluto silencio respecto al tema, el gobierno se ha visto obligado a tomar todas las medidas necesarias con vista a preservar las vidas humanas.
Habilitar ambulancias en los consultorios del médico de la familia y una brigada de trabajadores del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), encargados de repartir medicamentos para prevenir la enfermedad infectocontagiosa que es provocada por el Vibrio cholerae, ha sido la primera medida tomada por el gobierno.
También han dispuesto una brigada que se encarga del saneamiento en los posos de agua potable y otra de la limpieza de calles, áreas verdes, fosas sanitarias y zanjas por donde corren las aguas albañales. Algo que según los residentes de Ponce hace muchos años que no se hacía.
Rachel, una adolescente de diecisiete años de edad que permaneció hospitalizada durante una semana infectada de cólera, dijo en la tarde del pasado sábado, al ser dada de alta médica, que en el Hospital Pediátrico de Centro Habana, donde estaba ingresada, hay “muchísimos” casos de contagiados con la epidemia.
“En el Pediátrico hay muchísima gente con el cólera; pero no todos son de aquí de Ponce. Allí hay gente de distintas partes de La Habana”, señaló Rachel.
Uno de los empleados de Salud, que circulan por las calles de Ponce, confirmó la cifra de 58 hospitalizados de ese reparto por el cólera. Aunque alegó que sólo ocho han dado positivo a la enfermedad, de acuerdo a las pruebas que se les han realizado.
El empleado, que pidió el anonimato con vista a abordar con más amplitud en el tema sin que las autoridades cubanas tomen represalias en su contra, dijo que los hospitalizados se encuentran, unos, en el Hospital Pediátrico de Centro Habana y otros en el IPK.
“Para acá (para Ponce) se han volcado todos los dirigente de Salud del municipio y de la provincia. Y según un estimado que se sacó, por cada caso que se reporta positivo de cólera, pueden haber otros 30 infestados”, destacó.
Ante una interrogante hecha sobre la cifra de hospitalizados y fallecidos por esta epidemia en el país, desde que se reportaran los primeros casos a mediados del año pasado en el municipio Manzanillo, provincia Granma, contestó:
“Eso es algo que nunca se sabrá con exactitud; porque eso es como un secreto de estado y son datos que sólo se despachan con el Ministro de Salud; nadie más tiene acceso a ellos. Además, a los que mueren por causas epidemiológicas se les diagnostican otras enfermedades. En el caso de los muertos por cólera, se les diagnostica insuficiencia respiratoria aguda o insuficiencia renal”.
El empleado de Salud, hizo un listado de otras causas de ingresos o muertes de las cuales está prohibido dar información y diagnóstico real. Y que también son datos que controla, “única y exclusivamente”, el Ministro de Salud.
“Aparte de los hospitalizados y fallecidos por epidemias, también está prohibido dar datos y diagnóstico de las muertes materno-infantil o por actos de violencia y, de turistas y estudiantes extranjeros. Todo esto se hace para que no se altere la cifra que Cuba da a los organismos internacionales”, indicó.
También se pudo contactar al menos con un trabajador de cada brigada que laboran en el saneamiento, de los posos de agua potable y de calles, áreas verdes… Ambos confirmaron la compleja situación que se vive en Ponce.
El primero aseguró que los posos desde donde se bombea el agua para el reparto ya están sobrepasados de cloro. Mientras que el otro lamentó la inmensa cantidad de salideros debido a las roturas en las redes hidráulica y la contaminación existente al mezclarse las aguas residuales con las potables.
