Entre las tantas complicaciones que a diario atormentan al pueblo cubano, el transporte urbano es una de las más embarazosa, ya que de él depende el traslado masivo de todos los ciudadanos a sus diferentes actividades diarias, como: centros de trabajo, escuelas, universidades, hospitales, etc.
En el pasado mes de septiembre de 2016, algunos funcionarios pertenecientes al Ministerio del Transporte (MITRANS), participaron en el conocido programa Buenos Días que sale al aire por el canal 6, en el horario de las 6:30 de la mañana y tiene una duración de dos horas. Durante ese tiempo los encargados del Departamento de Información y Publicidad del MITRANS, junto con periodistas y conductores, dieron a conocer al pueblo toda una serie de medidas que se llevarían a cabo para mejorar la situación en lo que respecta a transportación de pasajeros en ómnibus urbano.
Dentro de las regulaciones dadas a conocer mencionaron un nuevo organigrama que pretende ubicar ómnibus urbanos en las líneas de transporte que más congestión tengan, lo que ayudaría a evitar que los usuarios se vean obligados a trasladarse en vehículos pertenecientes al sector privado, porque es una realidad que los precios de los pasajes no están al alcance del bolsillo del cubano de a pie, o sea el que vive de su trabajo. El objetivo principal estaría vinculado con la ayuda que esto significaría para la economía de trabajadores y estudiantes que cumplen con sus obligaciones diarias.
Pero la realidad, aunque se nos presente triste, es que nada de esto se ha cumplido una vez transcurridos casi cuatro meses; lo que no hace más que corroborar lo que se le ha venido demostrando al cubano en estos 57 años, que el régimen no cumple con sus promesas, aunque estén vinculadas con el bienestar del pueblo.
En la localidad donde vivo, en el municipio de Güira de Melena, que pertenece a la provincia de Artemisa; salir de la Terminal de Ómnibus es una verdadera odisea, solamente se puede viajar en camionetas particulares, la mayoría del siglo pasado lo que contribuye a que hagan sentir a los pasajeros como que está siendo trasladada una manada de animales.
Pero no es solo en mi localidad donde esto ocurre, también es cotidiano para los que viven en otros municipios de la provincia como Alquízar, Caimito, Bauta, San Antonio de los Baños, solo por mencionar algunos, donde contar con ese elemental servicio se ha vuelto una pesadilla.
De lunes a viernes, es frecuente ver –en mi comunidad- el andén de carga para pasajeros, abarrotado de estudiantes, trabajadores y demás personal a la espera del “emblemático” ómnibus articulado, que deja a todos embarcados por falta de combustible, una excusa utilizada con frecuencia.
Sin embargo, mientras que los trabajadores estatales se empeñan en repetir la consigna del régimen de: “Yo soy Fidel”, mantienen un alto nivel de corrupción que afecta de forma general la sociedad, como por ejemplo el controlador de frecuencias del antes mencionado andén, para buscarse “el peso”, realiza cualquiera labor fuera de su contenido de trabajo, menos la de proveer al viajero de información, por cuya función recibe un salario.
Por no dejar de tener afectaciones los pasajeros, también están los porteadores privados, que no tienen asignación estatal de combustible, pero trabajan todos los días de la semana y necesitan resarcirse del precio oficial que deben pagar, aunque en algunos casos –tal y como dijo Ricardo Cabrisas, ministro de Economía, en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, “el desvío y el robo, lamentablemente están presentes”; muchos de ellos se abastecen del propio Estado.
En estos momentos, aprovechando la falta de guaguas y en complicidad con los inspectores estatales, cobran hasta el doble de la tarifa permitida –hay que recordar que se intervino en ello de forma oficial, cuando comenzó la escasez de combustible, para topar los precios de los pasajes.
Pero la afectación del transporte se extiende a otros sectores, como la educación; más de veinte alumnos que deben cubrir a diario la ruta Güira-Artemisa, que residen en el Consejo Popular Mallorquín, quedan sin otra opción para asistir a la escuela, ya que cuentan en estos momentos con el autobús escolar y dependen solo de esta ruta privada. En ocasiones, me contó el estudiante Ariel Fernández, no tienen otra opción que virar para sus casas.
Según se informó al país a finales de año, esta situación difícil y complicada para el pueblo, no se va a solucionar en el corto plazo, por el contrario, tiende a aumentar la falta de combustible y de ómnibus.
Artemisa, 5 de enero de 2017
Por: Jorge Bello Domínguez
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