Mientras este 10 de diciembre el mundo despedía en Sudáfrica al Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela, fallecido el pasado día cinco, y Raúl Castro discursaba en Johannesburgo sobre la solidaridad, la igualdad y la libertad, en las calles de Cuba se reprimía a quienes exigían precisamente lo mismo que el mandatario cubano instaba a los gobernantes del mundo a hacer: Respeto a los Derechos Humanos.
Según reportes de prensa, el proyecto independiente Estado de Sats, que inició este martes en La Habana su Primer Encuentro Internacional sobre Derechos Humanos y Pactos de la ONU, fueron cercados por un operativo de la Policía y la Seguridad del Estado. El despliegue incluyó fuerzas especiales y abarcó varias manzanas alrededor de la sede del proyecto, ubicada en la vivienda de su director, Antonio G. Rodiles. Los agentes arrestaron a muchos de los que intentaron llegar al evento, que concluye este miércoles.
Frente a la sede de Estado de Sats, el régimen montó un acto político con música y discursos procastristas, y movilizó a estudiantes e incluso a niños, que voceaban consignas sin saber a ciencia cierta qué pasaba, ni quienes eran los repudiados. “Nosotros venimos para divertirnos”, dijeron algunos adolescentes, mientras reían y cantaban al ritmo de la orquesta de Arnaldo y su Talismán, convocada también para la ocasión.
Algo parecido sucedió con las Damas de Blanco en Santiago de Cuba y La Habana. En ambas ciudades fueron detenidas unas veinte de ellas, mientras otras permanecieron rodeadas por la policía en sus viviendas.
Hechos como estos se repiten a diario en las calles de la isla. Estudiantes, niños y trabajadores son movilizados para asistir a estos actos, para “demostrar” que es el mismo pueblo quien condena a los llamados “mercenarios”, por el gobierno cubano.
Este martes, durante la redada contra las Damas de Blanco, en las inmediaciones de la céntrica heladería Coppelia, donde habían sido convocadas para una marcha silenciosa, una pequeña de unos 10 años de edad gritaba, junto a otros niños de su misma edad, consignas como “Mueran las damas de blanco”, sin saber siquiera quienes eran las mujeres.
Al interrogarla sobre el tema dijo a este diario: “yo vengo porque nos traen” y añadió “ellas son mujeres que se visten de blanco y salen a la calle, yo nunca las he visto, pero dicen que son malas”, comentario ante el que los demás niños asintieron.
Cerca de los niños había un grupo de jóvenes que dijeron ser estudiantes universitarias. Ellas sí sabían quienes eran las Damas de Blanco, sin embargo, dijeron, “venimos porque así lo exigen la FEU (Federación Estudiantil Universitaria), y la UJC, (Unión de Jóvenes Comunistas) y si no lo hacemos nos buscamos tremendo problema” y añaden “Nosotras no somos partidarias de estas cosas, pero qué vamos a hacer, vivimos en Cuba y tenemos que acotejarnos a as circunstancias, sino tendremos problemas hasta para lograr un buen empleo cuando nos graduemos”, afirman sin titubear.
Otras personas que también participaban comentaban entre si: “esto a mi no me gusta, por mi que dejen a esta gente (disidentes) tranquilos, que piensen como quieran, ese es su problema, en definitiva no le hacen daño a nadie”. “No es fácil, en este país no se puede pensar diferente porque te joden la vida”, agregaban otros.
“Mira esto…, es un circo, no sé como no les da vergüenza hacer estas cosas, después nos la pasamos criticando a los gobiernos que reprimen a la gente en las calles cuando protestan y nosotros somos iguales”, opinaba un adolescente vestido con uniforme azul de Pre Universitario.
Al mismo tiempo distintas entidades y sectores gubernamentales asistían en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) a un foro debate online, para celebrar el Día Internacional de los Derechos Humanos,
José Barreiro Alfonso, asesor de la Ministra de Trabajo y Seguridad Social, abordó tópicos relacionados con el sistema de pensiones a adultos mayores, personas incapacitadas de trabajar y otros, así como con la actualización del modelo económico cubano y las nuevas modalidades de empleo.
El funcionario insistió en que aún en los momentos más difíciles de la Revolución, el Estado continuó garantizado asistencia a las personas que lo requerían.
El debate fue transmitido en el espacio Mesa Redonda de la Televisión Cubana. En la mañana de este miércoles, el tema era debatido también en las paradas de ómnibus. Una anciana que dijo tener 75 años de edad comentaba con una mujer un poco mas joven “mira si los ancianos somos protegidos en este país que yo tengo que vivir con una jubilación de 245 pesos, apenas unos 10 CUC, (equivalente a unos 8 dólares americanos), si no es por mi hija que vive en Estados Unidos me muero de hambre y aunque me duela, tengo que asumir la ida de mi hija como una suerte, ella es quien nos sostiene a mi y a mi otra hermana, que es mayor que yo, su pensión es igual a la mía y mira que nosotras trabajamos y luchamos por esta Revolución…” dijo mientras hacia un gesto de resignación.
La interlocutora, apenas unos años mas joven, afirmaba con la cabeza y callada escuchaba. Al final dijo, “así es la vida, la mayor parte de los cubanos hemos tenido que asumir la ida del país de nuestros seres querido y además verlo como una bendición… Antes era un sacrilegio recibir dinero de “los gusanos” y ahora dependemos de ellos…, es como un chiste de mal gusto…”, afirma con una sonrisa entre burlona y conspirativa.