En el poblado de Tacámara 1, en el municipio de Báguanos en la provincia de Holguín, el señor Gilberto Solis González, fue a la bodega de su barrio a comprar los mandados que distribuyen y venden por la libreta de racionamiento, a principios de mes. Solis es parte de un núcleo de 6 personas.
Dentro de la pequeña “canasta básica” está el arroz, del cual corresponden 5 libras por personas a 25 centavos cada una (moneda nacional) y una “cuota” adicional de 2 libras a 90 centavos.
Cuando le despacharon el arroz pudo comprobar que era un picadillo y mandó a llamar a la administradora del establecimiento, de nombre Carmen, se quejó con ella y le dijo que cómo era posible que vendieran arroz liberado a 5 pesos moneda nacional la libra y que el de la libreta sea como para animales.
Junto con él otras 10 personas que se encontraban en la cola, comenzaron también a protestar y a apoyarlo; la administradora les dijo que si no querían comprarlo para ella era mejor, así trabajaría menos, pero que ese era el arroz que le mandaban para el pueblo y ella reconocía que era para puercos.
Se produjeron allí en aquel momento manifestaciones orales relevantes en contra del abuso del régimen con el pueblo, entre el grupo que se encontraba en la bodega.
Sin saber quién, alguien llamó a la policía y aparecieron 5 infantes de la Policía Nacional Revolucionaria, en medio de los manifestantes que cada vez se acaloraban más y plantearon que terminara la discusión porque se los iban a llevar detenidos a todos.
Según plantea Solis, el miedo pudo más que el hambre, porque hasta ese momento duró la protesta.
Holguín, 2 de octubre de 2014.