La situación ambiental en Manzanillo, un conocido municipio de la provincia Granma, es crítica y compleja, pues a los elementos adversos existentes se suman las dificultades de recursos que enfrentan las empresas estatales que se ven involucradas en esta problemática.
Por ejemplo, el molino arrocero Julio Zenón quema grandes cantidades de paja de arroz, lo que causa una densa niebla cargada de cenizas y otras pequeñas partículas que envuelven la atmósfera del pueblo, en lo fundamental en el centro. Esta situación ha originado que algunas personas presenten enfermedades respiratorias y trastornos visuales; las edades extremas, niños y ancianos, son las más vulnerables.
Según han explicado los facultativos de la especialidad de oftalmología, del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente Celia Sánchez Manduley, son muchas las personas que han acudido a sus servicios de urgencia con afecciones oculares y han sido diagnosticadas con úlceras corneales, cuerpos extraños y conjuntivitis.
Lo más penoso es que la entidad estatal responsable no podrá solucionar el problema de forma radical, sino que tomará algunas medidas paliativas que serán insuficientes para eliminar la contaminación generada y por ende los trastornos de salud a la población.
Otras afectaciones al entorno, están vinculadas con la gran cantidad de salideros que la Empresa Municipal de Acueductos y Alcantarillados no puede resolver, por no contar con las piezas llamadas “roscones machos”; así como con válvulas y sus aditamentos.
Tampoco hay respuesta para la limpieza de las fosas sanitarias, por carecer del número de camiones necesarios para esta tarea; pues al estar el alcantarillado manzanillero colapsado, son constantes las tupiciones. Todo esto contamina el manto freático e incluso el agua potable y la hace menos segura, determinando que el proyecto fluvial tarde años en poder consolidarse.
La recogida de desechos sólidos es otra nebulosa, existen vertederos en la parte alta de la ciudad, ya que la Empresa de Servicios Comunales tiene un parque de equipos limitado y se ve obligada a usar carretones de tracción animal que son insuficientes. Otro aspecto negativo es el gran deterioro de los pequeños carromatos destinados a la recogida y la falta de implementos fundamentales para este trabajo como: overoles, guantes, palas y escobillones que atenta en contra de la salud de los trabajadores destinados a esos menesteres.
Se puede mencionar como otro tema las limpiezas de zanjas, aquí se repite la situación de la falta de recursos, incluso los humanos para asumir esta tarea.
Dada las limitaciones del transporte local, la población se ve obligada al uso de coches que son tirados por caballos y en no pocas ocasiones estos arrojan el estiércol en las calles; así como sus orinas. Ahora que comienza la temporada de lluvias bajará -junto con las aguas que corren desde la parte alta- una gran cantidad de desechos que muchas personas negligentes lanzan.
Todo lo anterior explicado permite afirmar que se ensombrece el ya nada agradable medio ambiente manzanillero.
Manzanillo, 29 de mayo de 2017