El día 12 de setiembre en horas de la tarde, pusimos una pancarta -bien grande- en el patio de mi casa y en la acera del frente que decía: ¡Abajo los Cinco Espías Terroristas! También en la calle pintamos letreros de: ¡Abajo Fidel y Raúl Castro!
Los opositores presentes en mi casa, decidieron ponerse una cinta negra en la cabeza en protesta a la campaña que estaba haciendo la dictadura de llevar un lazo amarillo como forma de apoyo a la liberación de los espías.
Alrededor de las 4:00 pm oficiales de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) cortaron la reja de entrada de la casa con una cizalla y al ingresar a la propiedad le cayeron a patadas a la puerta hasta que la rompieron. Entraron a la casa sin presentar documento oficial alguno para realizar un registro. Tiraron todos los escaparates de ropa al piso, registrando en las prendas personales, buscaban la memoria de la cámara fotográfic,a en la que estaban grabados todos los actos terroristas que han llevado a cabo en mi casa en los días anteriores.
También le rajaron la parte de atrás con cuchillas a los muebles de la sala, se llevaron todos los libros que estaban en la vivienda, las pegatinas y los disco de TV Martí.
Mientras transcurría esto, fueron golpeados los opositores Yoel Bravo López el cual sufrió lesiones en la cabeza que requiere atención médica y sutura; Luis Enrique Santos Caballero y Yadira Castro Gonzáles que fue sacada a rastros de la morada con su niño de 4 mases de nacido e introducida en un auto patrullero. A Natividad Blanco Caballero y a mí también nos propinaron golpes y nos sacaron arrastradas de la casa. En mi caso particular, tenía mi niño en brazos, que se aferraba a mi cuello gritando; y casi todos los golpes lo recibió el menor, que está lleno de hematomas.
Nos condujeron a la Unidad de Instrucción de la Policía y me encerraron en un calabozo, pero media hora después fueron introducidas 3 mujeres policías para que me hicieran una requisa en busca de la memoria de la cámara y me empezaron a golpear.
Fui puesta en libertad, cerca de las 9 de la mañana del día siguiente.
La casa continuó el día 13 de septiembre rodeada por miembros de la Seguridad del Estado, de la Policía Nacional Revolucionaria y altos oficiales de la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y una guagua llena de personas que pertenecen a las turbas paramilitares. Los opositores que se encontraban en la vivienda, a pesar de estar rodeados, salieron a la calle y quemaron las cintas amarillas que el día 12 los militares dejaron colgadas en la cerca de mi vivienda.