Para el disfrute de la actual temporada veraniega, muchas han sido las propuestas de la dirección de la provincia Guantánamo, difundidas por los medios de prensa locales. Los centros de gastronomía han extendido su tiempo de prestación de servicio para satisfacer la demanda de la población en esta etapa del año.
No obstante, refieren varios guantanameros, no ha sido suficiente. Los precios siguen por encima de la capacidad de adquisición de la población en general y la demanda más escuchada es la falta de refrescos en las instalaciones de comercio.
“Parece mentira que con las altas temperaturas que ha habido este año y más aún, este verano, no haya refrescos ni en los parques. No son pocas las esquinas en los barrios, donde te percatas de que han puesto una pipa, pero de cerveza. Tal parece que los niños no tienen derecho a disfrutar de una bebida refrescante”, señaló una maestra y madre de dos niños de 5 y 9 años respectivamente, la cual decidió mantenerse en el anonimato por temor a perder su empleo.
Por otra parte, Tomás González, padre de una niña de 12 años, refiere que desde hace varios días fue a buscar a su hija para sacarla a dar un paseo, pues su madre y él son divorciados, y se vio en la obligación de regresar al poco tiempo porque lo único que había en las cafeterías eran bebidas alcohólicas y los refrescos elaborados en las paladares privadas, no le inspiran confianza.
Una de las opciones recreativas para este verano es la puesta en funcionamiento de las instalaciones del parque de diversiones “Elpidio Valdés”, ubicado en carretera a El Salvador entre 14 y 15 Norte, en el Reparto Caribe de esta ciudad. El parque abre de martes a domingo y desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche. En ese recinto se venden refrescos “Coral”, cuyo precio es de 1.40 pesos en moneda nacional, pero los asistentes han expresado su insatisfacción al respecto.
“En muchas ocasiones el refresco está caliente y además de eso, llevan tan poco, que enseguida se acaba. Aquí traían bastante refresco gaseado a granel en pipas. Lo vendían a un peso moneda nacional por cada litro, lo cual era una ventaja y pese al acaparamiento de unos cuantos que lo compraban para la venta en las paladares particulares y en sus casas, la población resolvía y apaciguaba un poco el calor”
Los establecimientos venden refrescos enlatados y en pomos, lo que sería una buena opción si el precio fuese más asequible para el cubano común, pues éstos cuentan entre 10 y 25 pesos en moneda nacional, o sea el equivalente entre una a dos jornadas laborales de 8 horas.
Con todos estos altercados, a los padres solo les queda comprar otras golosinas a sus hijos. Lo que sí es inevitable es escuchar el pedido de los niños. ¿Y el refresco?