La vida cotidiana de los cubanos está atrapada por las vicisitudes, por las carencias más elementales. Muestra de ello es lo que sucede en San Antonio de los Baños, provincia de Artemisa con el jabón de baño que se vende a cinco pesos moneda nacional, en las tiendas y mercados estatales. Apenas llega a estos lugares se agota debido a la demanda, siempre por encima de la oferta. Esto provoca en los sitios de venta largas y prolongadas colas, también discusiones y violencia.
Ahora llegó el demandado jabón a San Antonio de los Baños pero se fue el servicio de agua. Hace varios días no hay agua en la Villa del Humor, como también se conoce a este pueblo, aunque algunos dicen que es más bien una “Villa del Humor Negro”, casi necrológico.
La llegada de este jabón coincide con la ausencia del agua, algo que parece un chiste pesado. El agua solo la ponen de vez en vez, de madrugada en algunos sitios del pueblo, para irse de inmediato. Esto provoca que muchos no duerman, vigilando semejante a centinelas de ojos enrojecidos e hinchados, la llegada del agua, su esperanzador sonido en el silencio profundo de la madrugada.
La calamidad, la alarma, parece ser el estado natural de los cubanos. Si hoy llega el jabón no hay agua, si mañana hay agua no hay luz. Si alguien llevase un diario, escribiría: ”Día sin novedad, como siempre faltó casi todo”.
La Habana, 17 de junio de 2014