Graciela García Díaz, es una señora de la tercera edad, que reside en la Avenida 39 #7614 entre 76 y 78, en el municipio Güira de Melena, provincia de Artemisa. Esta pobre mujer ve como a diario sus penas y sufrimientos van en aumento, ella es viuda y tiene un hijo recluido en la prisión de Taco Taco; el cual era su única ayuda y sostén.
Cuando producto de su avanzada edad, debería de estar disfrutando a plenitud sus últimos años de vida, o ser atendida por las instituciones de asistencia social del municipio, la soledad y la miseria se apoderan de su existencia.
Hace tiempo –según cuenta- fueron a verla unos jóvenes, que dijeron ser trabajadores sociales, le llenaron unos papeles y prometieron que la atenderían mensualmente, pero más nunca los ha vuelto a ver; tampoco le dieron ninguna ayuda.
La casa donde reside esta anciana, tiene severas afectaciones en el techo y las ventanas, que ella no puede arreglar, porque solo recibe una pensión de 148 pesos al mes, por su fallecido esposo.
Algunos días no tiene alimentos para consumir, por no poseer dinero para comprarlos, solo la esposa del hijo preso es la que viene y le hace la limpieza, la baña y le trae algo de comer cuando termina de trabajar; explica que no puede hacer más porque tiene un niño pequeño que mantener.
Graciela está afectada por un cáncer de piel, y producto de la difícil situación de vida que tiene, explicó que ha pedido en una carta a las autoridades, una especie de súplica de madre, para que pongan en libertad a su hijo, quien cumple una condena por un delito de alteración del orden.
Hasta el momento no ha tenido respuesta de su misiva; aunque por su parte los vecinos al ver la situación que ella presenta, han gestionado con los trabajadores sociales, para que le dieran asistencia, pero tampoco han recibido respuesta.
Graciela García continuará padeciendo de hambre, su vivienda seguirá deteriorándose y ella esperará -con paciencia- por los que le prometieron al pueblo de Cuba justicia social.
Artemisa, 20 de octubre de 2015.