La discriminación hacia los homosexuales y las personas infectadas con el VIH/SIDA en Cuba, ha conllevado a muchos de ellos a la prostitución, ya que por su apariencia, preferencia sexual, o por el hecho de padecer el VIH/SIDA, se les niega el derecho de trabajar, además de cualquier tipo de apoyo social, atenciones médicas o de otra índole.
A muchos de ellos, cuando van a solicitar un trabajo, los rechazan por el mero hecho de ser travestis, dándoles como respuesta que no pueden aceptarlos vestidos de mujer. A los pacientes del VIH/SIDA, cuando van a buscar empleo, se les niega, dando como respuesta que son un riesgo biológico. Este fue el caso de Yunier Gutiérres Cervantes, un travesti, paciente de VIH de la provincia de Camagüey, que fue buscando empleo como auxiliar de limpieza de una de las salas del hospital provincial Manuel Ascunce Domenech, y la jefa de área, Amparo Agüero Báez, le dijo que él no podía ocupar ninguna plaza en el hospital porque es un “sidoso”, lo cual representaba un riesgo biológico para los pacientes y empleados del mismo.