El gobierno cubano, -mientras los países miembros de la Unión Europea revisan el pacto bilateral negociado amablemente con la Sra. Federica Mogherini-, detuvo arbitrariamente y, esposado en una celda, le propinó una paliza al Premio Sajarov del Parlamento Europeo Guillermo Fariñas.
Por instrucciones de la policía política, al activista, dirigente del Foro Antitotalitario Unido (FANTU), no le entregaron los resultados de las pruebas médicas que le realizaron en un hospital después de la brutal golpiza.
La arbitraria detención del Sr. Fariñas se realizó cuando indagaba pacíficamente frente a una estación de policía, -sin gritar consignas o portar carteles-, por la situación de dos activistas detenidos en otras provincias (José Rolando Casares Soto y Carlos Ámel Oliva Torres). Oliva Torres había iniciado una huelga de hambre.
Guillermo Fariñas, – de quien todos conocen su delicado estado de salud después de 23 huelgas de hambre, calabozos inmundos y golpizas-, ha iniciado ahora una nueva huelga de hambre y sed. Semejante huelga total de alimentos y líquidos, combinada con la precaria salud del destacado activista, puede llevarlo a la muerte en muy breve tiempo.
En ese contexto, el Premio Sajarov ha exigido al General Presidente Raúl Castro que haga una declaración pública en el periódico oficial del Partido Comunista de Cuba ordenando el fin definitivo del terror y la violencia política que ejerce el estado contra ciudadanos pacíficos. Represión que ha venido escalando en extensión, número y brutalidad. Fariñas exhorta al jefe de estado cubano a que en este asunto “actúe como patriota cubano y no como militante de una tendencia política” y designe una persona para que entable un diálogo con una docena de representantes de la disidencia sobre el modo en que garantizará el cumplimiento de esa disposición.
La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba levanta su más indignada protesta por el reiterado comportamiento arbitrario y brutal de las que deberían ser las fuerzas del orden.
Estamos seguros que los países europeos -que le otorgaron el Premio Sajarov y han venido negociando un acuerdo bilateral de cooperación con Cuba- no pasarán por alto lo ocurrido a Fariñas.
La exigencia al gobierno de la isla de cesar -de forma definitiva- el empleo de la violencia política por parte del estado para castigar ciudadanos pacíficos, no forma parte de una postura ideológica o política sino representa una posición razonable y profundamente ética.
Emplear la violencia del estado contra ciudadanos pacíficos es inaceptable y cobarde. ¡Basta ya de abusos!