A los enfermos de cáncer e insuficiencia renal -por las características de esos padecimientos- está establecido que se les asigne una dieta de carne, preferentemente de res. Una buena noticia para estos pacientes, porque podría significar un incremento de sus asignaciones, es que se ha anunciado de forma oficial que la producción de la ganadería vacuna en 2014 creció en un 7,3% con respecto al año anterior (1).
A partir de esta noticia, todo indicaba que se puede esperar que -al menos- se mantuvieran los niveles de venta a esas personas, que no deben significar una carga demasiado pesada; pero han sido muy desafortunados porque -de manera contraria- se les está suministrando pollo en lugar de su dieta de carne.
El hecho de que en 2014 se vendieron en el mercado en divisas 44 mil toneladas (2), pero con una inmoral justificación, ya que en las llamadas “shoppings” se ofrece el kilogramo de carne de res a unos 9 CUC (225 CUP) como promedio, según sea la parte de la vaca, lo más caro es el filete.
Si bien ha sido motivo de comentarios y bromas (incluyendo en programas televisivos) la venta normada de pollo por pescado a la población, por la llamada cuota de la Libreta de Abastecimiento (léase racionamiento), este caso no mueve a risa, sino que provoca indignación en un país que dilapida enormes recursos en movilizaciones y propaganda y que paralelamente proclama la justicia social.
Solamente una parte ínfima de los gastos de transporte de personal que generaron los actos por el “1ro de Mayo” en todo el país y los viajes de la numerosa delegación de acólitos del régimen a la Cumbre de las Américas en Panamá, sería suficiente para garantizarles y hasta ampliarles las dietas a estas personas.
Toda la fraseología hipócrita que proclama que en este país se protege a los más vulnerables y desprotegidos se pone en evidencia con este hecho.
(1)Periódico Juventud Rebelde 29.03.15.
(2)Periódico Juventud Rebelde 03. 05.15.