La situación de la basura en el pueblo de Santiago de las Vegas, perteneciente al municipio de Boyeros en la provincia de la Habana, es considerada por sus habitantes como alarmante e incontrolable. No sólo invade las apartadas esquinas, sino que se hace presente en las principales calles, en las que se hace común ver contenedores volteados -con su pestilente contenido- frente a los comercios de comestibles estatales y paladares de cuentapropistas.
La basura está presente incluso en la calle más concurrida del pueblo, el olor fétido de los deshechos se mezcla al de las pizzas, panes, dulces y batidos de aquellos establecimientos gastronómicos donde se ofertan estos productos.
La situación de grandes aglomeraciones de desperdicios, que no son retirados a tiempo de los lugares más céntricos del pueblo, se agrava debido a que algunas personas que buscan objetos y latas de refrescos vacías -en no pocas ocasiones- revuelven todos estos desperdicios lanzándolos fuera de los contenedores, o en el caso de la basura amontonada la dispersan por los alrededores.
A todo esto debe agregarse la basura que algunas personas -inspiradas por el desorden reinante- arrojan en cualquier rincón y en ocasiones en medio de la calle, donde pueden verse no pocas veces desde excrementos de cerdos hasta tripas de pollos.
Es algo común que la basura esté por todas partes en Santiago de las Vegas, este estado de cosas es tan desesperante que los habitantes del pueblo han acuñado esta frase “Aquí es difícil hablar sin tragarse las moscas”.
Los olores más acres invaden las calles, y en verdad es cierto lo de las moscas, pues es inevitable cuando se bebe un jugo o un refresco en los comercios de este pueblo tener que espantar a estos impertinentes insectos, alborotadas por la mezcla de olores descompuestos que invaden el aire de Santiago de las Vegas.
Esta situación también se ve empeorada con las lluvias de mayo, pues a la acumulación de basura se suma la putrefacción provocada por el agua. Quienes llegan a Santiago de las Vegas y contemplan este caótico panorama no pueden evitar preguntarse ¿Y aquí quien recoge la basura?
La Habana, 26 de mayo de 2015.