El Hospital Clínico Quirúrgico Docente Celia Sánchez Manduley, se encuentra ubicado en la carretera de Campechuela, en Manzanillo, provincia de Granma, con una pésima iluminación, lo que al parecer todavía no se ha podido resolver para así mejorar la entrada al lugar y evitar accidentes, asaltos y robos, los que se producen por la gran oscuridad existente.
Este hospital está rodeado por una cerca, en uno de sus laterales y al fondo, que es utilizada como cordeles de tendedera. Allí es donde se colocan a secar las ropas lavadas en la lavandería de la instalación médica. Lo peor es que una vez que lo lavado se seca el viento lo arrastra por el suelo y así mismo es enviada esta ropa a las Salas para ser usadas por los pacientes.
Entre la escasez de medios, en la mayoría de los casos por desidia, está el ejemplo de la Sala 2E en la cual no existe silla de ruedas; por lo que los pacientes tienen que utilizar las escaleras para realizarse exámenes de Rayos X o de Laboratorio. Tampoco tienen un glucómetro para que los enfermos diabéticos puedan realizarse con rapidez una glucemia y conocer sus valores de azúcar en sangre.
Los familiares allí presentes plantean dificultades en la rapidez para el cambio de ropa de cama lo que puede propiciar se conviertan en un medio de contaminación hospitalaria. Sus servicios sanitarios están completamente sucios, por falta de agua y filtraciones por el techo de los pisos superiores, Algunos pacientes refieren que les causa mala impresión tener que bañarse en esos baños que parecen públicos. En varias salas los falsos techos se han caído.
Los ingresados que no tienen familiares con una economía desahogada que les puedan llevar almuerzo y comida, se ven obligados a hacer uso del menú hospitalario, el cual en ocasiones llega tarde a las salas y no es de muy buena calidad; por ejemplo en ocasiones ha consistido en una sopa clara, arroz y huevo duro.
Existen situaciones anómalas con el stock de jeringuillas, guantes y no hay suficientes sondas vesicales lo que afecta con más fuerza a los que padecen enfermedades urológicas y no les pueden cambiar dichas sondas en el tiempo reglamentado.
Dado lo importante que resulta esta institución hospitalaria para la población manzanillera y para la de otros municipios aledaños a este territorio, se puede afirmar que no se priorizan las soluciones de problemas materiales que se convierten en irregularidades hospitalarias y que entorpecen los servicios allí prestados a los pacientes.
Manzanillo, abril de 2016.