¿Qué diferencia existe entre una heladería privada y una heladería estatal en Cuba? El contraste en todos los aspectos suele ser abismal, si se quisiera resumir en unas pocas palabras. Adentrándonos ya en el tema, pudiera citar como ejemplo al municipio de San Antonio de los Baños, en la actual provincia de Artemisa, a primera vista, sin mucho análisis, se puede notar lo desigual entre ambos tipos de comercio.
La heladería particular llamada El Golazo, que está ubicada en la calle 70 entre 35 y 37 de esta localidad, ofrece un óptimo servicio, las condiciones del lugar brindan un ambiente de comodidad con aire acondicionado a los clientes que la visitan con el objetivo de disfrutar de un helado.
Todo lo contrario sucede con la heladería estatal Coppelia, a la cual hace muchos años la Empresa de Comercio y Gastronomía, el gobierno municipal y otras entidades relacionadas, no le dedican una restauración, por lo que se observa en muy mal estado. Tampoco se encuentra allí helado todos los días, por lo que no es posible contar con que en el momento en que usted decidió ir pueda degustar de algún helado, ni siquiera pensar en el sabor que le gusta.
Por otra parte el desánimo, la desmotivación y la falta de deseos de trabajar que muestran los dependientes que laboran en el Coppelia no se puede disimular; existe una gran diferencia con los que lo atienden cuando usted concurre a la heladería El Golazo. Y que conste que no es un slogan ni propaganda que le quiero hacer a la heladería.
Lo que es cierto es que el incipiente sector privado, ha marcado un semblante e imagen muy distintos en sus establecimientos o pequeños negocios.
A la pregunta ¿por qué los establecimientos estatales, como es en este caso El Coppelia de San Antonio de los Baños, no puede ofrecer un mejor servicio y unas mejores condiciones a la población? La respuesta a esta pregunta, contesta todo lo que pasa en nuestra sociedad, la ineficiencia, la improductividad del trabajo, el desdén de los dirigentes y muy presenta la corrupción.
Cualquier ciudadano que quisiera tomarse un helado, por un problema de precios en las ofertas, visitaría el comercio estatal, que es sin dudas más económico, porque para el bolsillo del cubano promedio los precios en la heladería particular, son verdaderamente altos. Pero el Estado no compite, solo te dice: “si quieres lo tomas, sino lo dejas”; el poder lo hace despreciar hasta los clientes.
Artemisa, 29 de octubre de 2015.