Caridad Flores Águila, está en estos momentos cuidando a su hermano Roberto enfermo de VIH (Sida). Ambos viven en la calle Churuca entre Pozuela y Santa Marta en el Municipio Cerro, en la capital.
Desde las 8.00 am del día 14 de septiembre, Caridad se dirigió al Consultorio del Médico de la Familia correspondiente a su localidad, para comunicar en el estado en que se encontraba su hermano. La doctora le dijo que después iría a su casa, pues que en esos momentos no podía. A las 10.00 am retornó a la Posta Médica, el hermano presentaba un cuadro bastante critico, los labios ennegrecidos, vómitos por intervalo, orina en abundancia, y fiebre; se lo comunicó a la médico y después de un careo entre ambas, le dio una orden para que lo ingresaran en el hospital La Covadonga.
No obstante le explicó que era para ver si lo querían ingresar, pues no estaban recibiendo pacientes con el VIH, esos casos se estaban tratando en el Hospital Fajardo ubicado en el Vedado, pero como a él le faltaba el resultado de la prueba confirmatoria, debían de ingresarlo en la Covadonga. Algo bastante complicado para que Caridad lo entendiera.
Llamó una ambulancia a las 10:30 am, y como la misma se demoraba, telefoneó a la Central de Ambulancia, y respondieron que había atraso, que solo contaban con un vehículo para hacer los traslados. A las 2:30 pm no pudo esperar más y se lo lleve para el Hospital La Covadonga, gracias a un vecino que brindó su auto. Al llegar lo atendieron, haciéndole varios análisis, y no fue hasta las 7.00pm me le dieron el ingreso.
El maltrato fue mucho, y el paciente junto con el familiar, lo sufrieron
Ya casi a las 9.00pm lo transfundieron, explicando que estaba en estado “crítico” afectado por una anemia en grado II.
Después de oír estas historias no queda más remedio que pensar: ¡Esta es la gran potencia médica cubana!
La Habana, 19 de setiembre de 2013.