La decadencia del rendimiento escolar tocó fondo. Los medios de difusión, específicamente el programa “Mesa Redonda” bajo la conducción de la periodista Arlín Rodríguez. El 20 de este mes.
Los recintos estudiantiles se han sorprendido al ser convocados a debates abiertos, sacando a la palestra lo que todos sabían pero les prohibían opinar. Más de un profesor resolvió en exponer el mal manejo que ha tenido que llevar el maestro, por los cánones implantados de emulación y un cien porciento falso de aprobados e índices académicos que nada tienen que ver con el docente.
El método ineficaz de enseñanza básica, condicionado al adoctrinamiento fidelista, da el producto decadente, ausente de ética moral y cívica que hoy se oye en la vulgaridad de alumnos y jóvenes maestros.
El primer paso de la podredumbre en la enseñanza fue la campaña nacional alfabetizadora; brigadas estudiantiles en las montañas y zonas de difícil acceso. La masividad asesinó a la calidad. Así comenzó la muerte de la elección por la carrera deseada, de los mismos muchachos alfabetizadores. Aún es así; varias generaciones frustraron su futuro porque se estudiaba lo que dictaban los estatutos según la importancia de los discursos de Fidel Castro.
El fraude era necesario, pedían resultados astronómicos y era necesario complacer a los corruptos metodólogos, estos a sus superiores, hasta llegar a una cima de pedagogos, que imagino no les interesaba supervisar lo que sabían era imposible, ya que era una mentira superior.
Inauguraron la fábrica de maestros Salvador Allende, en el reparto Alta Habana, municipio Boyeros de la capital. Fue un parche con una tela de peor material. Uniformados de verde claro, y claro que empeoró el aprendizaje. Conozco cuarentones que confiesan que jamás aprendieron a dividir, ni saber decir la hora analógicamente. “me salvé con los relojes digitales, no sé el de palitos, la suerte los digitales y las calculadoras”, -me dijo un vecino riéndose a carcajadas-.
Yo, comencé la escuela en el 1975, tuve varios maestros de la Allende, solo presté atención en sexto grado. Reconozco que mis abuelos maternos si me enseñaban y mí papá se encargó de la matemática. Pero tuve la suerte de que en el hogar había hábito de lectura. En el 1982 fui perjudicado con la decisión del pre-universitario becado, al ser asmático severo, se fue mí sueño de estudiar historia del arte.
Hago el intento de hacer un periodismo digital, para que conozcan verdades tal cual. Después de mí accidente, un ex preso político, Ángel Manuel Virosta López, maestro de verdad, me enseñó mecanografía, ortografía y redacción. No me cobró un centavo en 3 años. Escribo de mí, por formar parte de las víctimas del método Castro de enseñanza.
El salario que devengaban los profesores los catapultó a buscar otros empleos donde se pudiera robar, o aprender un oficio con el cual pudieran mantenerse. Surgió el desinterés por el magisterio, el parásito de la ignorancia se convirtió en epidemia nacional.
La famosa beca Lenin, dicen que era buena en la década del 80, recuerdo que debías tener un promedio alto para ingresar en ella. Sé que se graduaron buenos profesionales e hijos de “buenos comandantes y generales”, aún sigue siendo una escuela interna, con estudiantes de vocación, y adoración a la patria. En esta época hay que llevarles un refuerzo alimenticio los miércoles. Pero en la colosal escuela de piscinas vacías, ya no matriculan los hijos de los jefes, “prefieren Camilitos”. Ya sabrán los responsables de nuestra suerte, el tipo de universidad y carrera a escoger.
Las fuerzas armadas revolucionarias brindan servicio preuniversitario en las escuelas “Camilo Cienfuegos”, educándolos militarmente y bajo juramento de servir al ejército, de 5 a 25 años. Los Camilitos, como se le conoce popularmente es la mejor antesala universitaria, según varios egresados de la misma. Que también cuentan las historias de los hijos de la elite gobernante. Con sus privilegios de pase, según el padre o abuelo, y futuro profesional a la carta, con el juramento del deseo familiar o propio.
El adoctrinamiento con el tema principal del socialismo, ahogó la elección de poner a los hijos en escuelas privadas, religiosas, apolíticas. Los Testigos de Jehová, se negaban a saludar la bandera, decir el lema: “seremos como el che”, y a la asistencia del matutino, eran despreciados por todos, incluyendo a sus compañeros. –Recuerdo a Olga Lidia-. Y el fatalismo geográfico, por estar cerca de EE.UU.-. Matutinos que eran arengas políticas. De preescolar, hasta el fin de tus días. Porque después empieza tu vida laboral y ahí sigue la otra etapa de los logros del partido comunista.
Fue tanto el embrutecimiento que permitieron a viejos maestros impartir clases particulares, algunos legalmente otros por la izquierda, pero sin esconderse. La clase a preuniversitarios y universitarios 10 pesos (cup), hacer las tareas en casa de la maestra 50. Eso confirma todo el escrito, casi ningún padre puede ayudar al hijo, tal vez ni el abuelo, porque ellos tampoco saben. Las clases de inglés tienen un mínimo de 10, llegando hasta la de 500 al mes. Es el comienzo supervisado de pequeñas escuelitas privadas, como existen hace años las guarderías particulares.
Hay mucho que escribir al respecto, con los porqué que le cuelgan. Las compras de carreras; la ideología para la carrera; confiable para la carrera. Entiéndase cursos universitarios de 5 ó 6 años. He preguntado a estudiantes de ingenierías, cuántos comienzan y cuántos terminan. Entran un promedio de 300 por facultad y se gradúan 20 ó 25. El año pasado en la facultad de electricidad, de unos 240, terminaron 19.
No todos tienen computadoras, como promedio en un aula con cuarenta escolares, no llegan a diez “afortunados” lejos del servicio de La Internet. Estos se limitan a cortar y pegar de la wiki pedía o Encarta (diccionario especial), mandados por los profesores. ¿Qué aprende el estudiante así? ¿Por qué no se vuelve a estudiar directo del libro? Si cada persona es diferente a otra, ¿por qué todos con la misma tarea? ¿Por qué no se hace selección según capacidad? Desdichadamente, hay seres humanos con inteligencia superior y otros con inferior, el último pierde el tiempo durante 3 años de secundaria, pudiendo aprovecharlo en el oficio conveniente según su capacidad.
El sistema de selección en la educación alemana es viejísimo, pero eficiente. Actualmente según la cadena televisiva TELESUR, impuesta recientemente por el presidente Raúl, hermano de Fidel, informó que los germanos no han sido tocados por la actual crisis.
Si en este relato, encuentran decenas de errores, no olvide que soy un producto de la enseñanza revolucionaria cubana.