“He recorrido ya no sé cuantas tiendas y no encuentro cepillo dental, ¿será que no hay?”, pregunta entre preocupada e irritada una joven a la vendedora de la tienda.
“Parece que está en falta, mucha gente viene preguntando lo mismo, en esta tienda hace rato que no entra ese producto”, contesta la vendedora, al tiempo que afirma “¿no ves que no hay nada de nada?”.
“Esto uno lo dice en cualquier parte del mundo y la gente no lo creería, usted sabe lo que es, que en un país no haya ni cepillo para uno lavarse los dientes, es increíble, y veo que tampoco hay desodorante, ¿hasta dónde vamos a llegar?”, cuestiona la joven ya más irritada.
A su lado, un joven que escuchaba la conversación se involucra y dice, “yo ando en lo mismo, he caminado La Habana entera en busca de cepillo dental y desodorante y no encuentro, me dijeron que en Galerías de Paseo hay a más de 3 CUC, no es fácil dar esa cantidad de dinero por un cepillo de dientes”.
Yo, que andaba en la búsqueda de un dichoso cepillo de dientes, escucho la conversación y me preocupo, ya tengo hasta la boca enferma y la solución siempre es cambiar de cepillos, pero…¿ahora qué hago?, me pregunto. Llego a mi casa y comento la situación. Una hermana mía que estaba de visita en casa, me dice, “es cierto, no hay cepillos en ningún lugar, pero no te preocupes, yo tengo y te voy a regalar uno”. En ese instante me doy cuenta de que tengo mejor suerte que lo demás.
Al siguiente día, en el trabajo, expongo la situación, lo que da lugar a un debate “si, es cierto, ya una mujer escribió al periódico Granma (Órgano del Partido Comunista de Cuba), y explicó lo mismo, dice que encontró cepillos de diente en Galerías de Paseo, pero a 3.65 CUC, ¡de madre!, pagar esa cantidad de dinero por un cepillo”, alega la jovencita compañera mía.
Mientras el otro joven, también compañero de trabajo, en tono de burla dice y “eso que los estomatólogos han dicho por el televisor que hay que cambiarlos al menos cada tres meses, en cualquier momento las autoridades dicen que se descubrió que pueden usarse durante un año, para tranquilizarnos”, y suelta una risotada de bula.
“Y tampoco hay desodorante, la pestilencia nos va a matar, con el calor que hace aquí, no sé cómo vamos a sobrevivir al mal olor”, agrega el jovencito, riéndose aún.
A partir de entonces comienzo a escuchar en la calle con más frecuencia los comentarios acerca del tema, que cada día se acrecientan y son más fuertes. “No hay cepillos dental, no hay desodorante, las shoppings (tiendas que operan en CUC o moneda dura), están vacías, no hay ni cepillo dental, ni desodorante, uno entra a los mercados en CUC y no hay pollo, ni yogourt, ni perros calientes, ni hamburguesa, ni picadillo de pavo, ni nada, los estantes vacios, las neveras también, hasta donde nos va a llevar el General” (en alusión a Raúl Castro). Son algunos de los comentarios que proliferan entre la gente de a pié.
“Tal parece que el General está pagando la deuda externa de Cuba con el dinero que antes estaba destinado a comprar comida y otros productos de primera necesidad, después critican a los gobiernos que cubren sus deudas a costa de la pobreza del pueblo, y este está haciendo lo mismo, porque no se puede entender que cada día haya menos en los mercados, mientras Raúl dice que estamos pagando nuestras deudas. Tiene que ser eso, no hay otra explicación”, dijo hace unos días un vecino en un ataque de ira al no encontrar pollo para darle de comer a un hijo, intoxicado al parecer por algo que comió en la escuela.
La pasada semana, el gobierno no pudo seguir silenciando toda la situación. En un artículo, el periódico del gobernante Partido Comunista decía: “El desabastecimiento de productos de aseo e higiene indispensables para la población es uno de los principales temas que circundan el espacio público cubano por estos días. A razón de varias cartas y llamadas llegadas a nuestra redacción, donde se señalaba la escasez de estos productos en el mercado, Granma indagó al respecto con funcionarios de los Ministerios de Industrias (MINDUS) y del Comercio Interior (MINCIN) en un encuentro efectuado en la sede de este último.
Un funcionario afirmaba que en relación con el desodorante, para el año 2013, la industria tenía un plan de venta de 16 millones 647 mil 300 unidades de las cuales se entregaron 15 millones 961 mil 500 unidades de varias marcas, para un 96 % de cumplimiento.
“El 4 % del plan que se incumplió, en el caso del desodorante, realmente vino a finales del año, por problemas de financiamiento para adquirir la materia prima de la producción total del 2013. Para el 2014 este producto se incrementa a 18 millones de unidades, pues está planificado hacer dos millones más en relación con el 2013”.
También se mencionan otros productos que escasean como el shampoo, el detergente, del que solo hay a precios inalcanzables por el pueblo. Sin embrago no se menciona el tema de los cepillos dentales en ninguna parte del trabajo, pues la periodista no indaga en ese tema.
Todo parece indicar que el de los cepillos dentales es un tema más complicado que el de los productos de aseo, o tal vez ella, la reportera, aún no ha tenido que cambiar el suyo.